Había una vez un niño pobre que vivía en un pueblo.
Y un día la mamá le dijo que vaya a agarrar un poco de agua al pozo y cuando él fue se encontró con dos billetes de $100. Él se puso muy contento hasta que encontró unas semillas y fue a su casa a excavar con su mano para que crezca la planta. Pasaron muchos meses hasta que un día creció la planta que era muy diferente a las otras plantas, era de muchos colores verde, rojo, gris, negro y azul. El niño estaba sorprendido y la planta era mágica y le pedía muchos deseos, buenos y precisos a la planta y también le daba mucho amor.
Y así fue como el niño ya no fue nunca pobre.
Fin
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Atencion este cuento es de Sofia DArpino Wall